Los clavos
Ni tres ni cuatro, imposibles de contar
Unos dejan huellas profundas
Otros se pierden sin cicatrices
Ni de hierro ni de acero,
Son de cristal o platino
El los sufrió por nosotros y
La flagelación y el escarnio…
Cargando nuestras culpas
El peso de su cuerpo en la cruz
Como camino necesario
A la resurrección
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”
Gardenia
7 comentarios:
Amén.
No sé...
Besos.
Puede que si
Puede que no
Depende del corazón y la fe
BENDICIONES PARA QUIEN SE SACRIFICÓ POR NOSOTROS.
BESOS GARDENIA.
Muito bem...Gostei muito de ler
Deixo um abraço
***
http://pensamentosedevaneiosdoaguialivre.blogspot.pt/
Dejan sangre esos clavos. Un beso para ti.
Bella Flor.
Y un gran Abrazo.
Precioso poema lleno de fe. Dios te bendiga! Un abrazo y felicitaciones de la Sociedad Argentina de Escritores Filial Villa María.
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